martes, 26 de mayo de 2015

Cosas bonitas.



Como en un sueño. Como en un sueño te deslizas. Tu suave piel. Tus mejillas. Tu sonrisa, congelada como si de una fotografía se tratase, pegada a tu boca. Estás desnudo. Sobre tus caderas descansan las sábanas. Y todo parece delicado. El tiempo parece no haber venido. No es de noche. Tampoco es de día. Eres tú y soy yo, en una habitación cuyas dimensiones no importan. Y ríes. Sólo ríes. El sonido genera eco y vuelve. Vuelve. Vuelve, me toca, me emociona. Y entonces también río. Como si fuésemos parte de algún anuncio. Todo parece demasiado bonito para ser real. Pero es real. ¿Es real? A quién le importa. Las emociones lo son. Tus manos entrelazadas a las mías, como un secreto callado. Como un beso demasiado profundo. Recostados los dos, uno al lado del otro. Juntos. Mirando un techo que esta vez no se derrumba. No necesitamos más. Lo encontramos. Fuimos felices y no importa cuándo. Volveré alli cuando te eche de menos.

miércoles, 29 de abril de 2015

Llenaste mi vida de color.



Te he querido por el mundo que trajiste contigo. Yo no esperaba nada, vivía, iba a los sitios, llegaba tarde, me hice a la rutina de aquellos que caminan por la calle sin levantar la vista del suelo. Pero te conocí, y trajiste contigo tu mundo y lo llenaste todo con él. Corriste las cortinas, abriste las ventanas de esta habitación vacía y entró el aire. Y yo que me había cerrado por completo, sonrei y te dejé pasar. Me agarré al miedo porque pensé que daba seguridad, porque pensé que era mejor que atreverse. Pero, que es una vida sin atreverse a lo desconocido? Luego recordé la libertad, el saltar agitar las alas y dejarme caer. Y en la caída creer que estoy volando. Ahora lo entiendo mejor. Y conseguiste hacerme creer que volaba con tan solo mirarme. Llenaste mi vida de color, trajiste flores nuevas, limpiaste el polvo, cantabas canciones por las mañanas al despertarnos cuando el sol aun no había empezado a asomarse. Me abracé a lo desconocido. Lo cambiaste todo tanto que, cuando estaba a tu lado eran los atardeceres los que se paraban a mirarnos porque habías llegado, y habías traído contigo un mundo precioso.

sábado, 25 de abril de 2015

No te voy a negar.


No te voy a negar que llegaste a ser para mí más de lo que pensaba que serías. Que todo empezó como si nada, y poco a poco tuve la sensación de querer que siempre estuvieras. Yo no sé que hicieron tus padres aquella noche, para que desprendieras tanta dulzura cuando hablabas.
Muchas risas, muchos momentos que no sabría explicarte con palabras. Tantas noches deseando que hubiera una noche más. Que si una hora más, que si un ratito más, que si un día más. Empecé a quererte todos los momentos, todo iba en aumento.
Pero no siempre las cosas van como queremos. Las discusiones también lo hicieron. Tus dudas. Tus silencios. El no poder fiarme ya de tu mirada. Esa que ya no es tan limpia como en nuestro primer beso. Aun recuerdo también como te reías después de los orgasmos.
Y te encuentro por ahí, en cualquier bar. En cualquier mano, en cualquier boca. Y no te voy a negar, que te echo algo de menos. Seguramente nunca me olvidaré del todo, como pasa cuando sientes de verdad.

Pero no te confundas tú tampoco. No quiero que vuelvas. Creo que por una vez, el daño ya tuvo suficientes dosis tuyas.

sábado, 18 de abril de 2015

No es por eso..Sino..


No es porque seas precioso, ni porque apenas creas en el amor. 
Tampoco es porque al cruzar las manos, tus dedos siempre sobresalgan sobre los míos. 
No es por tu mirada constante, ni por tus ganas de cambiar el mundo. 
Tampoco por la puerta al cielo que tiene tu sonrisa algunos lunes. 
No es porque hagas volar nubes cuando te aviso de mis tormentas.
Ni porque dibujes mi hoyuelo izquierdo cada vez que te hablo de guerras de un solo bando.
De verdad, te lo juro, tampoco es porque entiendas todas y cada una de mis expresiones ni porque te partas de risa con mi risa, ni porque habites en el mundo como mi rey.
No es porque en la cama bailes como nadie, no es porque te muevas como una serpiente en la vida. 
No es porque tus películas sean mis historias favoritas.
No es porque tus lágrimas sean mis ganas de matar.
Ni porque tu ombligo sea la llave a los viernes de verano.

Es por la magia, por el ruido, por las interferencias. 
Es por la complicidad, por los besos en la nuca. 
Es porque tú en invierno, siempre has sido primavera.
Es pura y sinceramente porque eres la única persona por la que siempre renunciaría al resto.
Te quiero.

domingo, 18 de enero de 2015

La mejor parte de mí.

Siempre puede ser y no ser el día, de algo o de nada; de ti o de que se me vuelva a enfriar la cena esperándote. Los microondas no creen en el amor. Pero puedo imaginármelo si cierro los ojos. No sé qué motivos te volvieron a hacer venir, pero llaman a mi puerta y sé que eres tú. Me decido y te abro; la puerta, mi cama y mi vida, al mismo tiempo. Aquel que no se haya enamorado nunca, no lo entenderá jamás. Siempre dudé de si, los días mataban tanto por estar sin ti o por estar sola conmigo. Quizás hoy sea el día. Están echando en antena 3 una película de secuestro, mientras yo pienso en raptarte hasta que se haga de noche, entre mis brazos. Será una gilipollez ¿verdad?, pero a tu lado está lo mejor de cada estación. El calor de tu cuerpo, la tristeza de tus ojos, el color de tus mejillas y el frío de esos centímetros que aveces nos separan cuando no sabemos que decir. Y es que aún, no hemos entendido que no tenemos que decir nada. Que solo tenemos que quedarnos el tiempo suficiente para que hablemos mudos, con los cuerpos; cogiéndonos de la mano tendremos un monólogo sobre el amor. Pero que no te engañen los libros sobre el amor, o filología. Aquí la poesía eres tú cuando sonríes. y pienso 'joder, que suerte tengo'. O cuando salimos de fiesta y te abrazo colocada y juraría que encuentro la paz  enredando mis dedos en tu pelo. O cuando amanecía y estabas a mi lado y no necesitaba para desayunar más que ver como la luz del amanecer se filtraba por la ventana y te pintaba. Créeme, tu cuerpo es el mejor poema que ha escrito el mundo *al menos para mí* No hay palabras para describir mejor, porque tu tienes tu propio vocabulario. Tienes tu propio idioma juntando tu boca contra la mía. Y rozando tu piel contra mi cuerpo, que sin saltar chispas, creo que podríamos incendiar todas las camas del universo. ¿Qué puede serme imposible a tu lado? Yo que me veo capaz de cualquier locura, de sobornar a la luna para que brille 24 horas seguidas y así alargar las noches a tu lado durante todo un día. ¿Te lo imaginas? Encerrados en una habitación y abriéndonos las manos para agarrarnos con esa necesidad que nunca saciamos y que tampoco nos importa. E intentamos fusionar nuestras pieles como si cualquier milímetro nos pareciese un continente nuevo. Porque ya que hablamos de poesía, no se si fue antes ella o tu boca, hablándole a mis labios a pocos centímetros tan pegados y desnudos. Así no nos acordábamos de sufrimientos ni insomnios y sólo pensábamos en mover bien la lengua y en seguir cerrando los ojos, porque a veces tenía ganas de abrirlos en medio de aquel ritual divino por si el mundo seguía existiendo. Podría estar muerta. Y que el cielo fuese tenerte agarrado por la cintura, notando los latidos de tu corazón contra mi pecho, y el sabor de menta de tu aliento entrando hasta mis pulmones. Fumar nunca me ha parecido tan adictivo. Ni una droga fue tan sana, como amarte en mitad de alguna calle de Sevilla, cuando toda la gente caminaba a nuestro lado y nos miraban envidioso, yo debía sonreír mucho y bueno, a ti sólo te faltaban las alas. Y que el tiempo se detuviese y que el bus para volver a casa se retrasase dos días. Puedo superar mis propios límites si Octubre me mira te lo aseguro; que podría batir los récords de enamorarme cuando nos quedamos callados y, no sé como, hablamos sin cansarnos de cualquier cosa. Y soltarte un 'te quiero' en medio de ese silencio y decirte muchas más cosas que van guardadas en ese pequeño te quiero. Porque en esa palabra van guardadas sentimientos como que, quiero conocer el mundo a tu lado y ver un montón de amaneceres y otro montón de atardeceres y películas románticas los domingos. Decirte que nunca más nos íbamos a sentir sólos y que voy a estar siempre que lo quisieras y, que ojalá lo quisieras siempre. Decirte que no necesitaba ver todos los ojos del mundo para saber que tenía los más bonitos mirándome, porque los tuyos eran los únicos que miraba como si atrapasen, como si fuera un sueño que nunca termina. Como si fuese magia. Decirte que, quería coger el coche y escapar, a cualquier sitio, y recorrer la costa con las ventanas abiertas y con la brisa del mar alborotando nuestro pelo. Decirte que ya nunca tendría más miedo a las madrugadas. Decirte que podrías llegar demasiado tarde porque siempre te estaría esperando en todo momento. Decirte que no me importaba haber sufrido algo por amor, si al final acabé encontrándote. Decirte que todos mis silencios siempre hablaban de ti. Y que quizás por eso me dio tanto miedo al principio  decir un te quiero, por si no responde nada y termina huyendo. Pero no es el caso. Y en vez de huir, te quedaste a ver este desastre y cuidar de él. Por eso quiero decirte lo único que quiero. Quiero quemarme con el café contigo por las mañanas y que me abraces por la espalda al despertar mientras me das un beso y luego dices que todo irá bien y yo sonrío al pensar que no necesito que las cosas vayan de otra forma. Que lo que yo quiero es que me cojas de la mano por las calles de la ciudad y que nos perdamos o nos encontremos  que crucemos semáforos en rojos juntos. Y también quiero mirarte y que sin palabras, nos entendamos y confiemos aunque cueste. Y contártelo todo y que me lo cuentes todo. Y que por la noche nos duchemos juntos, mientras desafinamos cantando alguna canción de extremo. Y hacerte para cenar tu plato favorito *ya le pediré la receta a tu madre* y terminar haciéndote el amor después como postre. Y que te quedes dormido y que en inviernos nos peleemos por quién tiene más manta. Y que lleguen los domingos y no sean aburridos. Y que ningún día de la semana sea duro si lo termino estando a tu lado. Que lo que yo quiero es un poquito de sentido en mi vida, alguna razón *tus ojos* para creer que merece la pena seguir. Y que pasado el tiempo y las dificultades, lleguemos a ser lo más bonito que hayamos tenido; algo por lo que merezca la pena morir. Y pasarnos las noches de verano mirando las estrellas mientras nos pasamos el humo de algún cigarro y nos besamos después de cada calada. Y yo te digo muy bajito, que gracias por existir y por haber llegado, y por quedarte a pesar de todas las razones para irte. Y no sé, algo así es lo que quiero, empezar esta etapa contigo y quizás pida demasiado de la vida, pero me gusta soñar, ya lo sabes. Y más si es contigo.