miércoles, 29 de abril de 2015

Llenaste mi vida de color.



Te he querido por el mundo que trajiste contigo. Yo no esperaba nada, vivía, iba a los sitios, llegaba tarde, me hice a la rutina de aquellos que caminan por la calle sin levantar la vista del suelo. Pero te conocí, y trajiste contigo tu mundo y lo llenaste todo con él. Corriste las cortinas, abriste las ventanas de esta habitación vacía y entró el aire. Y yo que me había cerrado por completo, sonrei y te dejé pasar. Me agarré al miedo porque pensé que daba seguridad, porque pensé que era mejor que atreverse. Pero, que es una vida sin atreverse a lo desconocido? Luego recordé la libertad, el saltar agitar las alas y dejarme caer. Y en la caída creer que estoy volando. Ahora lo entiendo mejor. Y conseguiste hacerme creer que volaba con tan solo mirarme. Llenaste mi vida de color, trajiste flores nuevas, limpiaste el polvo, cantabas canciones por las mañanas al despertarnos cuando el sol aun no había empezado a asomarse. Me abracé a lo desconocido. Lo cambiaste todo tanto que, cuando estaba a tu lado eran los atardeceres los que se paraban a mirarnos porque habías llegado, y habías traído contigo un mundo precioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario